miércoles, 25 de abril de 2018

Galletas de mantequilla de cacahuete

Cómo os contaba en la entrada de la Introducción de la alimentación complementaria, los frutos secos deben introducirse antes del primer año, debido a su alto valor nutricional, pero hay que ser muy cuidadosos con la forma en la que los introducimos. Deben estar molidos y cocinados para evitar el riesgo de asfixia. Este grupo de alimentos debe de formar parte de la dieta del niño con al menos unos 20 gramos, 3 veces a la semana.
Hoy os traigo una receta muy simple de galletas de mantequilla de cacahuete (aunque es una legumbre, por su composicion nutricional entra en el grupo de los frutos secos) para que podáis introducir este alimento en su dieta de forma segura. 
Con sólo una galleta (ya que la mantequilla no deja de ser un concentrado) habréis cubierto las necesidades de frutos secos de ese día, además contienen azúcar y lo mejor es que su consumo sea esporádico. Salen bastantes galletas, pero si las conserváis en una lata o recipiente hermético se mantienen perfectas durante varios días.
Como son sin harina, también son aptas para celíacos.

Ingredientes:
- 1 bote de mantequilla de cacahuete SIN trozos*.
- Usando el peso del bote, añadimos la mitad del peso de azúcar moreno o panela.
- 1 huevo
- 1 cucharada pequeña de levadura (tipo Royal).

(*Yo os recomiendo que compréis la mantequilla de cacahuete pura, sin ningún aditivo, como ésta que encontré en Carrefour, ya que otras marcas llevan aceites vegetales añadidos)

Elaboración:
- Mezclamos el azúcar (o panela), la levadura y el huevo, y batimos hasta que parezca que el azúcar se haya disuelto.
- Añadimos poco a poco la mantequilla de cacahuete, hasta que toda esté incorporada y consigamos una pasta homogénea.
- Colocamos cucharadas sobre un papel de horno (bastante separadas porque la pasta se expande con el calor del horno), cuando hayamos cubierto el papel, colocamos otro encima y hacemos un poco de presión para que no queden muy gruesas. También podemos aplastarlas con un tenedor.
- Retiráis el papel de arriba (si lo habéis usado) y metéis la bandeja en el horno, precalentado a unos 180ºC (160ºC si vuestro horno es de aire), durante unos 10 minutos (así quedan más tiernas, para que el bebé pueda masticarlas bien), si las queréis más duras, dejarlas 2 ó 3 minutos más.
- Es importante que las dejéis enfriar en la bandeja porque al sacarlas del horno están muy blandas. Cuando estén frías, colocadlas en una rejilla y dejarlas un par de horas al aire. Después podéis guardarlas en una lata o recipiente hermético.

Si queréis podéis añadir a la receta un par de cucharadas de avena, o semillas para que también sean ricas en fibra

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